16 ene 2015

Quiero Ser Como Los Demás


En algún lugar en otro planeta viva Ely, una niña un poco peculiar, su piel purpura resaltaba de entre la de sus compañeros de color magenta, se sentía triste de todas las burlas diarias, ya no aguantaba más esos malos tratos.
Ella había leído en una revista que al tomar la luz de la segunda luna justo a las 27Hrs. del día (por que en su planeta los días duran 30hrs.) durante 3 noches seguidas harían de cualquier piel la más radiante y magenta de todo el planeta, pues se decía que los poderes milagrosos de la segunda luna eran grandiosos. Esa misma noche Ely subió con un una frazada al techo de su casa, claro sin que su madre se enterara, coloco la manta sobre el techo y se recostó en ella, era la primera vez que se quedaba despierta tan tarde, ya solo faltaban 2 horas para que fueran las 27hrs., pero ella tenia tanto sueño que simplemente se quedo dormida antes de la hora. 

Despertó por el ensordecedor canto del ave multicolor de cuatro alas que suele rondar su casa todas las mañanas, bajo lo más rápido que pudo las escaleras para llegar a su habitación para que su madre no notara su ausencia, pero al escucharla caminar por el pasillo, Ely agarro toda velocidad y se metió lo mas rápido que pudo en su cama, lo que no le dio tiempo de parar por el espejo para admirar su nuevo tono de piel.

Debido a que era el tercer día de la semana (día de descanso en su mundo, al igual que el 4to. día), su madre ni siquiera paso por su cuarto, fue su swachiru el que subió su cama para agitarla tremendamente. Su swachiru era su mascota de 6 patas, de pelo verde y delgado, pero tan abundante que casi parecía una pelota con patas y una cola que se agitaba más que el motor de una locomotora. Él fue quien jalo de la frazada para dejar al descubierto el resultado de su experimento.

Ella a penas iba a frotarse los ojos para desperezarse de cualquier sueño que hubiera quedado de la noche anterior, cuando una masa azul apareció ante su vista, tardo un poco en darse cuenta que se trataba de su brazo superior izquierdo (por que como todos ella tenia 4 brazos). Salió corriendo al primer espejo que tenia cerca, en el baño, y observo pasmada aquel reflejo. La mitad de su cuerpo era azul, no era un azul purpura, o un azul obscuro que pasara como el purpura de su piel, era un azul eléctrico, que ni para su hermano pequeño pasaría desapercibido. Se dejo caer al suelo, acostada en el piso del baño con un simple pensamiento pasando por su cabeza


"¡Azul!, ¿Por qué tenia que ser azul?"


Salió del baño fijándose de que nadie la viera al pasar y fue directamente a su cuarto en busca de aquella revista de adolecentes donde había visto aquel articulo, solo que en esta ocasión vio que en la parte inferior del articulo había una nota en pequeñas letras negras (algo tonto por que normalmente escribían con letras amarillo canario) el cual decía:


NOTA: Recuerda que tiene que ser específicamente a las 27hrs. justo en el momento en que las otras lunas se ocultan y solo puedes ver a la segunda luna, y solo durante 1 hora, por que justo después es cuando es visible la tercer luna la cual causa un efecto opuesto a la segunda luna y a menos que sea temporada de carnaval, no querrás tener un tono de piel azulado.


Ely había hecho mal todas las indicaciones, se había quedado dormida toda la noche bajo los efectos de las diferentes lunas, y como ella ya era de por si purpura, con los efectos de la tercer luna se había puesto azul, y al parecer se había dormido de lado, ahora no solo era purpura, sino también era mitad azul para acabarla de amolar todo.  Ely pensó que ya nada podía ir peor, hasta el momento en que su madre le llamo para desayunar. No sabia que hacer, sabia que en el momento en que su madre viera lo que había hecho, la iba a colgar y lo primero que se le ocurrió fue decirle que no tenia hambre, aunque después pensó que hubiera sido mejor que se hubiera hecho la dormida.


-¡¿Cómo que no tienes hambre?!, ¡Bajas inmediatamente a desayunar, por que ya me mate haciéndote tu desayuno!

-¡Que no quiero nada! Gracias

-¡Elizabeth bajas ahora mismo ó voy en este mismo instante por ti! 



Ya no le quedaba de otra, ¿Qué hacer?, dio vueltas en el mismo lugar de manera nerviosa y observando todo lo que tenia alrededor por fin vio algo que le podía servir, tomo el primer suéter que vio, unos pants y un par de guantes y se alboroto el cabello verde lima para que le cubriera la cara, y bajo para que su madre no cumpliera con sus amenazas. 

Ely se sentó en el mismo lugar de siempre, donde un plato con comida ya la estaba esperando, su madre se encontraba sentada en el lugar opuesto de la mesa dirigiendo una oración al dios de su planeta junto con Festo, el pequeño hermano de Ely.  Ella solo inclino la cabeza imitando a su madre para continuar con la oración, aun que cuando terminaron ella no levanto la cabeza y comenzó a picar con el tenedor eso que había en su plato, era de un color grisáceo y tenia un olor dudoso.

-No empieces a quejarte - Le decía su madre- Yo seguí la receta al pie de la letra, además dicen que es un desayuno muy apropiado en niños en crecimiento como ustedes.

Tardo un poco, pero en cuanto se dio cuenta todas las prendas que tenía encima, su madre comenzó a preguntarle 

- ¿Por qué llevas todo eso?, ¿Qué es lo que sucede contigo niña?

- Solamente tenía frio anoche mamá – Dijo sin levantar la cabeza

-Bueno, en cuanto acabes de comer te vas y te cambias por que me da mucho calor el solo verte, además quiero que me acompañes a unos mandados. – Dijo su mamá mientras volvía a su plato.

Ely se había salvado, su madre le había prestado poca atención, ahora solo faltaba un plan para el resto del día. Continuo desayunando la cosa gris, que al masticar parecía como un chicle, después de cada masticada volvía a su forma original, prácticamente había que tragar entero cada pedazo. 

Por su cabeza paso la idea de que se quedaría ahí todo el día masticando aquella cosa, cuando de repente sintió un tirón en su pants, era swachiru, que como siempre le gustaba jalar de la ropa de Ely, pero en esta ocasión Ely quería evitar a toda costa que su ropa se moviera ni un milímetro, por lo que intento alejarlo con su mano inferior izquierda, pero swachiru le dio un mordisco en la mano quitándole el guante

-¡No le des de comer a swachiru!, tanto me tarde cocinándoles, para que termines dándoselo a swachiru

Fue Festo el que dejo escapar un suspiro de decepción al escuchar eso, mientras que Ely se quedo petrificada viendo como swachiru se alejaba con el guante en la boca

-Ya lo vi, esta masticando algo, pongan las manos en la mesa y ya no le den nada, él tiene su propia comida

De mala gana Festo puso sus cuatro manos en la mesa y con cara de amargado continuo masticando su comida, Ely solo puso 3 de sus manos sobre su mesa, todas juntas y dejando su cuarta mano oculta bajo la mesa y rogando por que su mamá no se diera cuenta

-Niña, la otra mano, ya no escondas nada - Lo dijo con una mirada retadora. Ely tomando un respiro muy profundo y sin alzar la mirada, solo puso la mano sobre la mesa, ya con el pensamiento de que en cualquier segundo su madre le gritaría

-¡¿PERO QUÉ HICISTE?! Grito tan fuerte que hasta el árbol dormilón de afuera despertó de golpe. Su mamá se levanto rápidamente para quitarle el cabello verde enmarañado que le cubría la cara, para dejar al descubierto un rostro mitad azul, mitad purpura.

-¿Qué has hecho? – Le dijo ya sin gritar. Lo volvió a repetir su madre que era de color magenta con cabello color violeta.

Ely balbuceo algunas cosas, pero sin lograr decir nada en específico, estaba nerviosa, no sabia lo que su madre le haría al respecto. Mil veces ya le había dicho que ser purpura no tenia nada de malo, es lo que la hacia especial, pero para Ely especial solo significaba ser diferente. Finalmente logro componer una simple oración: - Seguí una revista -

-¿Y que diantres decía?, ¡¿Cómo irritar a tu madre en un santiamén?!

-Como ser magenta – Dijo Ely sin dejar de mirar los mosaicos del piso y con un hilo de voz. Por casi un minuto todo en la casa se quedo en silencio, hasta el estruendoso sonido de Festo ahogándose interrumpió todo. Se había tratado de tragar un gran trozo de la cosa gris y simplemente no pudo, fue finalmente que tosiendo logro sacarlo de su garganta.

-Muéstrame la desdichada revista – Dijo su madre mientras estiraba una de sus manos en señal de estar esperando la revista. Ely dando un resoplido se levanto de la mesa para ir en busca de la desdichada revista.

Cuando regreso a mostrarle el artículo de la revista, su madre se estaba dando golpecitos en la frente con los ojos cerrados y diciendo -Si mi madre bien me lo dijo…

-Aquí esta – Dijo Ely con un poco de miedo al interrumpirla y le dio la revista abierta en la pagina donde venia esa nota que le había traído tantos problemas. Su madre la tomo y comenzó a leerla y de repente solo soltó un suspiro, con el que asusto a Ely, mientras que Festo aun continuaba atacando a la comida de su plato

-Lo bueno que solo hiciste eso, solo voy por unas cosas y… Quítate ese suéter por favor, ahora regreso, cuida de tu hermano. -

Ya se le había olvidado de toda la ropa que traía encima, se quito el suéter, pero de repente escucho un ruido extraño. Ely miro extrañada a su hermano en busca de una respuesta. Era su hermano que otra vez tenia problemas con la comida, cuando logro tragarse el pedazo de comida que traía atorado y se empezó a reír 

-¿Qué te pasa? – Le dijo Ely a su hermano.

-¡Eres mitad AZUL! – Y solo se siguió riendo. Durante todo el conflicto se la paso peleando con la comida, tratando de masticar aquella cosa gris y el apenas veía por primera la mitad azul de su hermana mayor, la cual solo le lanzo una mirada de “¿En serio?”

Su madre regreso con mil cosas entre sus cuatro brazos y con un simple movimiento de la cabeza, le señalo a Ely que la siguiera. Ely se levanto y arrastrando sus pies comenzó a seguir el rumbo que había tomado su madre, pero repentinamente

-¡Hey! ¿Y yo que?, yo también quiero ver como te regañan

-Festo tu acábate tu desayuno, que ahora bajo – contesto su madre desde las escaleras

-Haaaa – contesto triste y desanimado el mientras se volvía a sentar de mala gana en la mesa

Cuando Ely llego al baño de la planta alta miro extrañada a su madre, que se encontraba sentada en una silla a un lado de la bañera, mientras en una mano tenia un librito que parecía escrito a mano, en el resto sostenía varias botellitas de distintos tamaños, formas y colores, las cuales fue vaciando de a poco en la bañera, formando una especie de arcoíris liquido en interior de la tina. La que más la asusto a Ely fue una botella roja enorme 

-¿Y que es lo que vas a hacer con todo eso?

-Pues tu remedio, a menos que quieras seguir azul durante las siguientes 2 semanas

-¡NO!- Dijo asustada. - Digo que no quiero seguir azul – Dijo después de ver la mirada de su madre. Y ya una voz casi como susurro - ¿Y que es lo que tiene esa gran botella roja? -

-¿Qué?

-¿Qué que es lo que tiene la botella roja?- Dijo ya con una voz normal. Lo que menos quería es que se enojara mas su mamá

-Entre todo, es un remedio de tu abuela, y algunas cosas es mejor que no sepas lo que son.

“¿Qué?” – Pensó Ely – “Con que no me haga beberlo, ya con el desayuno es suficiente de cosas extrañas por el día de hoy.”

-¿Y que es lo que tengo que hacer para quitarme lo azul? - Le pregunto a su madre

-Pues es simple, solo tendrás que quedarte – Reviso el libro – De entre 8 a 10 horas para bajar el tono azul de la piel.

-¡¿QUÉ?!

-Que si te quieres quitar lo azul te vas a quedar ahí metida de 8 a 10 horas.

-Sí mamá – Dijo Ely de manera casi automática. Completamente desmotivada y sin emociones

-Lo siento, no tomes esto como un castigo, pero de alguna forma tienes que entender que para que los demás te quieran, primero debes quererte a ti misma por quien eres. Deja de intentar ser como los demás y comienza a ser tú misma, deja de darle importancia a los que los demás dicen y preocúpate más por tu propia opinión. – Le dijo su mamá mientras le quitaba un mechón de cabello de la cara.

Ely se metió a la bañera y paso ahí la mayor parte del día pensando en lo que le había dicho su madre. Cuando ya habían pasado 9 horas vio que su piel ya estaba del color de siempre, tomo una ducha y se quito la mezcla rara de encima y bajo a la cocina por algo de comer, no había desayunado nada debido a todo este embrollo y tenía mucha hambre, pero una escena muy rara la recibió al llegar a la cocina.

Festo estaba en el suelo de mosaicos naranja y azul de la cocina, luchando con Swachiru por la masa gris que habían tenido por desayuno. Al parecer nadie había bajado a vigilarlo en todo el tiempo que había pasado.

- - Fin - - 


Escrito por Ale ;)
16 / Abril / 2012

1 comentario:

  1. Vaya. Me inpresiona tu obra, esta bastante interesante y me ha hecho recordar algunas anecdotas de mi infancia, te doy mis aplausos y te deseo lo mejor, buen día
    -DrunkenOne

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