12 ene 2015

Un Sueño O Pesadilla...



Acababa de despertar como de un trance, estaba de pie frente a unas puertas de cristal tratando de forcejear para salir, afuera estaba en completa obscuridad, no se podía ver más allá de la banqueta, la misma calle se difuminaba con la negra obscuridad, cuando giro para ver donde se encontraba, diviso una fila de lámparas que colgaban del techo, pero solamente una lámpara era la que iluminaba tenuemente el interior del local, pareciera que se habían olvidado de apagarla.

En las paredes había varios juegos de repisas, todas llenas de manos con uñas de mil colores, largas, cortas, con brillos, sin brillos, ralladas, con dibujos, color nácar, tornasol. Eran cientos, todas fijas, con sus dedos apuntando hacia el techo para mostrar las uñas a todo aquel que entraba, todas mirando al centro del local.

Dentro de aquel lugar también había varios escritorios, tan blancos como los muros, con cajoneras transparentes, todos llenos con esmaltes de uñas de varios colores y un par de sillas para cada mesita.

Era un lugar lúgubre a media luz y más para una niña de 10 años, trato de buscar los interruptores para encender el resto de las lámparas, busco entra las mesas y en las paredes, cerca de la puerta, pero nada. Se escuchó un ruido del otro lado del local, algo había caído causando un susto en la niña, al voltear para ver qué es lo que había sido, no vio nada, todo parecía estar en su lugar, quiso ir hacia donde había escuchado, pero el mido la paralizo, se dijo a si misma que no era nada, su imaginación estaba jugando con ella, continuo palpado la pared en busca del interruptor o hasta las llaves de la puerta para salir, cuando se escuchó un estrepitoso ruido del triple de la vez anterior, pero esta vez al voltear se percató que de uno de las repisas faltaban varias manos, ahora era obvio el espacio vacío en la repisa.

Trago saliva y comenzó a dar varios pasos temblorosos en dirección de la repisa, pero a medio camino se detuvo, su corazón palpitaba demasiado rápido, no quería enfrentarse sola a lo que fuera que estaba con ella en aquel local, se dejó caer al suelo y abrazo sus piernas colocando su rostro sobre sus rodillas emitiendo leves sollozos, pero de repente se comenzaron a escuchar “clac, clac, clac” junto a las paredes y cuando ella levanto su cabeza, pudo observar como todas las manos comenzaban a caer al suelo.

Ella aun sentada se alejó lo más que pudo de las paredes, volviendo a encontrarse en las puertas de cristal, se levantó, tratando de abrirlas, forcejeando nuevamente, pero algo cambio, la única lámpara que iluminaba comenzó a bailar, su luz comenzó a iluminar cada rincón de manera oscilante y cuando ella se dio vuelta para ver lo que sucedía, la única luz se apagó.

Solo se escuchó un grito ahogado de la niña, el miedo se había apoderado de ella, la obscuridad reinaba, ni siquiera la luz de la luna la iluminaba. Ahora se escuchaban miles de “clac, clac, clac” por todas direcciones.

De lo poco que logro ver entre tanta oscuridad, era las manos caminando como arañas gigantes por el piso de aquel local, una de ellas era la que se había logrado subir a la lámpara y provoco que esta se balanceara de un lado a otro. La niña no sabía qué hacer, no tenía por donde irse, estaba encerrada junto con cientos de manos vivientes y por si fuera poco el gran miedo que les tenía a las arañas ahora se estaba convirtiendo en fobia.

Se sujetó fuertemente a las manijas de las puertas y apoyo su frente en uno de los cristales mientras se continuaba escuchando el “clic, clac, clic, clac”

Por un momento abrió los ojos y un reflejo en el cristal le mostro el reflejo una luz, era como el marco de una puerta que se podía ver como se abría, y sin soltar las manijas, volteo para terminar viendo como las mismas manos abrían una pequeña puerta, de no más de un metro de altura, que se ocultaba en la pared del fondo. Cuando terminaron de abrirla, la luz que provenía de la puerta ilumino un pequeño sendero que habían creado las propias manos, todas se habían apilado hacia los lados, para dejar un camino que iba directo a la puerta.


Tenía miedo y su corazón le exigía que no soltara la puerta, pero su mente la obligaba a ir hacia la puerta para salir de aquel lugar, y nuevamente con pasos temblorosos y soltando lentamente las manijas, se fue acercando a la pequeña puerta, pero cuando se encontraba a medio camino de llegar escucho un extraño sonido proveniente de atrás de ella, volteo para inspeccionar. Algunas manos habían abierto las puertas delanteras del local y a la lejanía se podía ver un farol iluminando la calle en medio de la obscuridad, algunas manos le indicaban que regresara, que ya habían abierto la puerta, mientras que otras comenzaron a empujarla y jalarla para que continuara hacia la pequeña puerta, quiso regresar, algo dentro de ella le indicaba que afuera sería mejor, pero las manos comenzaron a jalarla de tal modo que la derribaron al suelo.

Las manos que habían abierto las puertas delanteras trataron de ayudarla para zafarse, pero eran pocas en comparación con las que la jalaban hacia la pequeña puerta. Las otras manos la empujaron por la pequeña puerta de la pared, haciéndola caer por un túnel y mientras que la gravedad realizaba su trabajo, ella gritaba desesperadamente por su vida.

Había muchos ruidos extraños que se escuchaban mientras caía, pero una voz comenzó a sobresalir entre todos los demás. Una voz reverberante y muy profunda comenzó a preguntar “¿Alguna duda?”
Sintió el golpe del final de una larga caída, lo que la hizo reaccionar, se encontraba sentada en su banca, dentro del salón de clases y gracias a que se sentaba hasta atrás, nadie pareció haberse percatado de que se había quedado dormida.

-Bueno, pueden retirarse y recuerden realizar sus deberes.- Dijo la maestra mientras la mayoría salía corriendo del salón con sus mochilas al hombro.


La niña tomo sus cosas y salió del salio cabizbaja meditando acerca de lo sucedido. Al llegar al estacionamiento se encontró con su madre esperándola en el auto de la familia y en cuento subió junto con sus cosas, su madre le pregunto de la manera más alegre:

-¿Qué te parecen?, me las acaban de pintar- Le dijo mientras le mostraba sus uñas recién retocadas.


- - FIN - -


Escrito por Ale ;)
7 / Julio / 2011

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